En los últimos años ha habido un boom de ofertas de vuelos baratos, a un nivel en el que ya resulta más económico viajar en avión que hacerlo en otro medio de transporte, como por ejemplo el tren. Multitud de compañías de bajo coste han proliferado en Europa, ya que la demanda sigue aumentando y resulta bastante rentable. Incluso las grandes compañías se han sumado a la moda y sacan sus propias filiales de vuelos baratos, para abarcar más target. Un ejemplo lo tenemos en Iberia, cuya compañía low cost, Clickair, va poco a poco posicionándose en el mercado, compitiendo directamente con Vueling (una de las pioneras en este tipo de viajes).
Todas estas líneas aéreas tienen la característica principal de que los costes de los vuelos están por debajo del precio usual, recortando gastos en servicios como la comida a bordo o el espacio en el avión. Estas compañías tienen una organización interna muy flexible y eficiente, que hace que la estructura de costos sea bastante diferente a la de compañías tradicionales. Las de low cost operan con aviones de la misma clase, modernos y adaptados, donde se aprovecha todo el espacio disponible del mismo. Además, los tiempos de carga y descarga son mucho más reducidos, y gracias a la puntualidad tienen una buena gestión de la flota.
Suelen ser habituales sobre todo para viajes cortos, nacionales, o dentro de Europa. A este nivel, una de las primeras fue Ryanair, obteniendo gran éxito con sus vuelos baratos a Gran Bretaña. La mayoría de estos vuelos tienen como denominador común que suelen contratarse por internet a través de sus páginas web. El sistema recoge los datos de la tarjeta de crédito, y el pago se realiza online; es un método seguro ya que estos datos viajan encriptados por tecnología SSL (como la que se utiliza en la banca electónica). El cargo es automático y se realiza en el momento de emitir los billetes. A veces, éste no se refleja en la cuenta hasta pasados unos días, dependiendo de la entidad de la que se trate.
Además del pago seguro, también se puede tener la confianza de que una vez que se emita el billete, la plaza estará totalmente garantizada. Una vez finalizado el proceso de compra, ésta se confirmará online, y se facilitará en el momento el número de localizador. Asimismo, se envía un email simultáneamente con todos los datos de la reserva y la compra. En la mayoría de los casos, incluso se puede hacer la facturación online, evitándose las interminables colas de última hora en los mostradores de las aerolíneas. El cliente puede ir directamente a la puerta de embarque con su billete electrónico y algún documento identificativo.
Sin embargo, frente a todas esta ventajas, los vuelos low cost también presentan algún inconveniente; el principal, es que en estas tarifas económicas no se permiten devoluciones. En la mayoría de ellos, los cambios de hora y día sí están permitidos, pero con un coste adicional. Por tanto, hay que estar bastante seguro a la hora de comprar este tipo de billetes. Por otro lado, para cerciorarnos de que toda la información está correcta, podemos acceder al estado del vuelo en todo momento a través e la página web, aunque si hay algún tipo de problema o cancelación, la compañía avisa con antelación vía email. La seguridad de estas compras ha sido uno de los factores de éxito de las compañías low cost.