Viajar con niños

Junto con las personas mayores y el colectivo homosexual, los niños se han convertido en un target de público muy codiciado por las agencias, ya que se ha comprobado que tienen un notable poder de decisión en las compras familiares, incluyendo las de ocio. Por eso, muchas agencias han optado por incluir viajes especiales y actividades dirigidas exclusivamente a los más pequeños, que incluyen mucha variedad de destinos y visitas, como museos, parques naturales, parques temáticos, actividades deportivas… Son destinos muy específicos, donde se da mucha información tanto del lugar de destino como de los servicios que se ofrecen, e incluso el clima del sitio para que las madres preparen con todo detalle la maleta de los niños.

Entre los destinos estrella están sin duda los parques temáticos; dentro de nuestras fronteras, uno de los más visitados es Port Aventura, Tarragona, y fuera de España el rey sigue siendo Disneyland Paris, en Francia, y DisneyWorld, en EEUU. Para estos lugares, los paquetes suelen incluir estancia en hoteles cercanos y la entrada al recinto. Hay períodos vacacionales donde se hacen ofertas especiales, como en Halloween, Navidades, en los que además se ofrecen fiestas especiales para los niños y actividades temáticas. Se hacen descuentos y precios especiales para familias numerosas y para grupos.

A la hora de realizar el viaje en sí, debemos escoger un medio de transporte que no sólo sea cómodo para los niños, sino también para los padres, ya que tenemos que estar pendiente de ellos en todo momento, aprovechando el tiempo de vacaciones para dedicarnos a todas esas cosas que durante el año no podemos, por nuestros trabajos. Una buena opción, si el destino es nacional, sería el tren; en la mayoría de las grandes líneas los menores de cuatro años viajan gratis, lo cual ofrece una gran ventaja. Si el trayecto que se realiza es muy largo, se recomienda el tren-hotel, ya que el viaje se realiza casi siempre mientras los niños están durmiendo, y además ofrece todas las comodidades de un hotel. Además, a esto se añade que casi todos los parques temáticos cuentan con un apeadero especial, no teniendo que utilizar ningún otro tipo de medio de transporte para desplazarse al lugar.

En el caso de que el viaje sea más largo y haya que utilizar el avión, debemos saber que los bebés de cero a dos años no ocupan asiento, pero deben sacarse un seguro de vuelo y tarjeta de embarque, por lo que hay que prever las colas y tiempos de espera en el aeropuerto; si hay suerte y el asiento de al lado está libre, podremos colocar al bebé en una silla de viaje homologada. De todas formas, no es muy recomendable que bebés de corta edad (sobre todo menores de dos semanas) viajen en avión. Los niños a partir de dos años y hasta doce tienen que viajar acompañados de una persona mayor de doce años, o en su defecto (y siempre siendo mayores de cinco años) pueden hacerlo solos, tutelados por un asistente de la compañía aérea. Estos niños deberán llevar una etiqueta identificativa en todo momento. En cuanto a la alimentación durante el vuelo, si éste es largo, las compañías suelen ofrecer un menú infantil y actividades de entretenimiento especiales para que los niños se sientan más cómodos (recortables, muñecos, dulces…) Asimismo, también conviene llevar en el equipaje de mano aquellos elementos que sean necesarios para que el niño se tranquilice.