Los cruceros turísticos son una forma de viajar que se diferencia del mero transporte marítimo de pasajeros en que el medio en el que se viaja, el barco, es elemento clave de la travesía.
La distribución de los espacios, las actividades a bordo y las diferentes instalaciones y servicios acercan a los cruceros más al concepto de complejo turístico u hotel flotante que a un simple medio de transporte. Aparte del atractivo que pueda suponer el lugar por donde se viaja, el crucero ya supone de por sí un destino turístico.
El crucero como concepto turístico nació en Estados Unidos en los años setenta, y en muchos países todavía está en vías de desarrollo, pues la demanda crece a medida que lo hace la oferta, aunque se ha notado un notable ascenso en los últimos años. El sector ha experimentado una remontada debido a la gran variedad de productos que ofrece, ya que se ha adaptado a cada posible cliente (especialización de mercado), sobre todo a un público más joven, con menos recursos y que abarca amplias capas diversas de población.
Gracias a la aplicación de economías de escala, la incorporación de las nuevas tecnologías y el abaratamiento en los precios ha hecho posible que la demanda de viajes más asequibles pueda haberse visto satisfecha.