La letra pequeña de las ofertas de viajes

Con la llegada de las compañías de bajo coste, las ofertas para viajar se han multiplicado, siendo mucho más asequibles para el público en general; pero también se han multiplicado las denuncias en referencia a la calidad de estos viajes, ya que muchas veces no llegan a las expectativas creadas.

Una de las quejas más frecuentes es el retraso en la salida de los aviones o en que la calidad del hotel no es la misma que la que se anunciaba, pero muchos de estos trucos que utilizan las agencias no vienen especificados en el contrato, o bien se encuentran al final del mismo en la letra pequeña. Las asociaciones de consumidores alertan sobre esto y piden a los usuarios que revisen esta parte del contrato concienzudamente, ya que a veces aparecen complementos que no tenemos en cuenta y que nos cobran sin dar explicación alguna. Respecto a esto, muchas agencias añaden en la letra pequeña el cobro de complementos de los cuales no avisan en su publicidad.

Al realizar la reserva de un viaje, el precio será más barato cuanto mayor sea la antelación con la que se pide, siendo cargado el importe inmediatamente en la tarjeta (si se hace a través de internet). A la hora de alquilar un vehículo, por ejemplo, es conveniente saber el precio de los kilómetros extras (ya que el límite del kilometraje suele rondar los 150 kilómetros extras), porque pueden suponer un gran gasto a la hora de devolver el coche. También es conveniente saber que se suele cobrar un plus de limpieza, del que se devuelve la mayoría del importe si se devuelve el vehículo en perfectas condiciones.

También es importante leerse la letra pequeña si se viaja con niños, o si éstos viajan solos. En muchas compañías de bajo coste, los niños menores de 16 años no pueden viajar solos, a no ser que lo hagan acompañados de una persona a partir de esta edad. Si pretendemos mandar a un hijo menor de esta edad sin compañía, hay que saber que una vez que compremos el billete, el importe de éste no será devuelto, aunque la imposibilidad de viajar del niño se deba a una política de la empresa.

Uno de los principales reclamos publicitarios de las compañías de bajo coste es su política de precios, ofreciendo tarifas muy por debajo del precio normal del viaje, llegando incluso a los 10 euros por trayecto. Pero estos precios casi siempre esconden una letra pequeña desde la que nos encontramos que el precio señalado no es tal, sino que hay que añadir tasas, cargos de emisión del billete, impuestos de los aeropuertos, e incluso algunas veces recargos por el imparable ascenso de los precios de los combustibles, por lo que nunca sabremos el valor real del viaje hasta que no finalicemos el proceso de compra, con lo que no podemos realmente comparar precios y características con otras compañías. Ante esto, la Comunidad Europea ya se ha puesto manos a la obra, emitiendo un reglamento que obligará a las compañías a publicar el precio final del viaje donde se incluyan todos los extras posibles. No hay que olvidar que la publicidad engañosa está penada por la ley, con lo que cualquier usuario puede denunciar haber sido objeto de engaño o estafa si el precio o las características del viaje no son tal como se anunciaban.