Menorca es una preciosa isla situada en el extremo oriental del archipiélago de las Islas Baleares. Segunda entre ellas en tamaño, su escaso poblamiento hasta épocas recientes y la belleza de sus muchas playas y calas hace de ella un destino turístico ideal para los amantes del sol, las playas y los bonitos atardeceres.
Esta isla presenta múltiples atractivos, una rica historia y una floreciente actividad cultural. Poblada desde la prehistoria temprana, presenta muy abundantes yacimenitos arquelógicos de esta época, conocidos como talaiots, consistentes en monumentos y construcciones megalíticas, presentes por toda la isla, y muy bien señalizadaos. Este es uno de sus principales atractivos, y es prácticamente imposible moverse por Menorca sin ver varios de estos talaiots.
Conquistada en el siglo XIII por Alfonso III de Aragon, es a partir de esta epoca cuando la isla empieza a adquirir la fisonomía urbana que hoy conocemos. Los principales motores de esta isla han sido la agricultura y la ganaderia. Por toda su geografía se reparten pequeñas explotaciones ganaderas que elaboran dos de sus productos estrella: la sobrasada menorquina y el queso de Mahón, dos delicias gastronómicas imprescindibles para el visitante.
Pero son sus calas y playas, sin duda, su mayor atractivo para el visitante moderno, hasta tal punto que el turismo es a dia de hoy el mayor motor económico de la isla. Hay muchas calas vírgenes, a las que no es posible acceder facilmente con un vehículo, y que obligan al visitante a caminar por parajes agrestes y solitarios. Esto hace que las mejores calas no sean muy conocidas, y se pueda encontrar muchas playas y calas solitarias.
Las playas más bellas y conocidas son las de su costa sur, pues esta resguardada de los fuertes vientos del norte, y sus playas son de blanca y finísima arena, con calas recortadas en los acantilados y pobladas de pinos y arbustos hasta el borde mismo del mar. Las calas de la costa norte son más salvajes y solitarias, y, aunque azotadas muchos días al año por fuertes vientos del norte, son de gran belleza y serenidad. Uno de los atractivos de esta costa norte es su suelo arcilloso, lo cual permite tomar baños de arcilla o barro, para hidratar y tonificar la piel, entre baño y baño.
En definitiva, Menorca constituye un destino ideal para un viaje de playa y sol, con el extismo y la belleza de las playas caribeñas, y a pocos kilómetros de la Peninsula Ibérica.